LA IMAGEN DE LA POESIA EN LA EXPOSICION "ARS INFIMA"

por Viviana Ponieman
Terra Argentina 11/08/11

La exposición "Ars ínfima" presenta pinturas de Silvia Flichman acompañadas de poemas, textos y pequeños objetos realizados por Eduardo del Estal en la Galería Mar Dulce.

Este espacio, dirigido por la pareja de artistas y curadores Linda Neilson y Ral Verona, presenta las obras de Flichman, una pintora que se desenvuelve con soltura y creatividad en el dominio de los materiales sostenida por el "automatismo" como método de diálogo con la pintura misma y sus accidentes.

La artista aplica, como en una arqueología inversa, capas sucesivas de collages con pinceladas que superpone a la mancha y despliega la línea para formar paisajes interiores donde aparecen y desaparecen cuerpos orgánicos y animales imaginarios.

Así, fragmentos de libros y manuscritos comparten la superficie con papeles de colores como un elemento más de la paleta exuberante y a la vez etérea de la autora.

Las texturas visuales que emergen de estas obras nos acercan a la intimidad de la artista y nos proponen atravesar el espejo para entablar una conversación entre subjetividades, tal vez en forma de secreto, pero abierto a la imaginación y al inconsciente colectivo.

Por otro lado nos encontramos con Eduardo del Estal, de formación en filosofía, que intenta descubrir los misterios del trabajo de Flichman, que le resulta hermético y a la vez fascinante, tanto que lo conduce a interrogarse sobre su propia actitud frente a la pintura y a escribir una serie de textos a partir ellas.

Así surge esta muestra que se propone el "ver sin leer" y se rebela contra el significado único de los cuadros, contra los valores simbólicos que se imponen sobre lo concreto y sensible de la materia.

Mientras Flichman opera con las cualidades de los materiales, Del Estal libera las fuerzas arcaicas y autónomas del lenguaje.

En este escenario la imagen no representa realidades sino que las produce. La mirada occidental nos dice que "mirar es leer", pero el trabajo de la artista funciona en contra de esta convención legible de la representación, desnudando la materialidad para recuperar la verdad propia de la pintura.

Y obliga a partir de la creación misma a una dialéctica entre la racionalidad y lo sensible. Invita a desmontar la dicotomía entre el verbo y la imagen, provocando textos a manera de ecos poéticos.

Ars Infima combina pinturas y textos desprendiéndose de la tradicional explicitación escrita sobre el significado de las imágenes y menos aún es una instalación donde las pinturas "ilustran" el contenido de los textos.

Esta exhibición genera un nuevo estadio superador de dos maneras diferentes de expresión, de dos mundos a veces antagónicos.

A diferencia del "Ars Magna", procedimiento antiguo con que se pretendía convertir los metales en Oro, "Ars Infima" busca revelar el impulso creativo, acaso con su alquimia descubra un elemento más precioso: lo espiritual en el arte.

Como nota de color para quien pase por la calle Uriarte al 1490 podrá ver en la vidriera un hermoso cuadro de Flichman, el único de gran tamaño expuesto en esta muestra, a través de la telaraña de añicos, rastros del piedrazo producto de la impactante crítica recibida, al inaugurarse en ese lugar la primer muestra de Ral Veroni, con un billete de 2 pesos gigante en el escaparate.

No se sabe si fue un atentado contra el retrato de Mitre, emulando el perdigón recibido por el militar en 1853, una acción performática, o simplemente un hecho vandálico cometido al amparo de la noche. De cualquier manera, he aquí una intervención urbana.