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(English below)
Universo paralelo, pinturas de Decur
+COLECTIVA20
9 de marzo – 20 de abril 2013
para ver todas las obras con datos y precios, fotos de la inauguración y instalación de la exposición y prensa sobre la muestra cliquear acá y ir bajando la página

El arte es un entramado hermoso de ideas. El artista es aquel que sabe plasmarlas. Cuando arte y artista se animan a ir más allá, el resultado es prodigioso. Y si además plantean un estilo personal, se está ante un fenómeno.

Cuando se habla de universos paralelos se piensa de inmediato en teorías de física cuántica o en mundos de ciencia ficción o sobrenaturales, pero pocas veces se indaga sobre un lugar más lógico para su existencia: el interior de un artista.

El Universo Paralelo de Decur, es, sin dudas, el más deslumbrante de todos. Como si frotara ante nosotros una lámpara mágica, recrea sin darle respiro a su imaginación un sinfín de personajes que no solo se destacan por sus apariencias entrañables, queribles, frescas y únicas, sino también por esa sensación de estar escapando del lienzo, como si el límite entre ese mundo y el nuestro fuera mucho más frágil que una fina capa de pintura.

En esta escena en movimiento comstante dibujada con el alma -porque no nos engañemos, la obra no es un plano inmóvil, sino un cosmos que respira- se cruzan miles de historias, de narraciones, a las que les sucederán otras, de manera infinita.

Y apreciar sus obras es como sumergirnos dentro de un cuento de aristas fantásticas, en el que es imposible ser un mero observador. En el universo “decuriano” uno se involucra, se funde con el dibujo, hace un trueque tácito con lo que tiene delante de sus ojos, dando su atención a cambio de una aventura trepidante.

Entonces, la mesa cobrará vida, la tetera nos mirará fijamente, un gato de nariz roja se desternillará de la risa, un perro con camisa luchará con su comida, un raro espécimen de musculosa roja y blanca y cabeza de proporciones abrumadoras intentará convencernos de que todo es realidad, mientras otra docena de seres, soñadores y soñados, seguirán su juego, divertidos, felices. Ante cada mirada nuestra, la mesa parecerá invariable y sin embargo, veremos en cada oportunidad un nuevo fragmento del universo que quizá antes nos pasó desapercibido y así, cada historia volverá a dibujarse, a escribirse, a materializarse como por obra de magia. Nos asaltarán dudas y despertarán en nuestra mente miles de interrogantes: ¿Qué gusto tendrán las hojas verdes? ¿Está el conejo de orejas largas y coloridas, enamorado de esa hermosura de ojos amarillos y también orejas enormes? ¿Hablarán todos el mismo idioma?

Solo nos queda celebrar. Festejar sus obras. Porque… ¡qué regalo para nuestros sentidos, hermanados con el corazón y el espíritu, aventurados a desentramar los senderos secretos que recorren esos relatos silenciosos que se tejen entre los colores y trazos, sentenciados por un verdadero demiurgo: Decur!

Galería Mar Dulce se especializa en obras de pequeño y mediano formato de pintura, dibujo, grabado, fotografía, libros de artista y objetos, realizadas por artistas rioplatenses clásicos y contemporáneos. Junto a Universo paralelo presentamos +COLECTIVA20, una selección de obras realizadas por María Elina Méndez, Sofía Wiñazki, Daniel Santoro, Walter Álvarez, James Peck, Paula Pé, Mercedes Dutto, Mariana Chiesa, Ral Veroni, Lucía Harari, Raoul Veroni Elenio Pico, entre otros.

Parallel Universe, paintings by Decur
+COLLECTIVE20
9 March – 20 April 2013
to view all the works with details and prices, photos of the exhibition installation and press click here and scroll down the page

Art is a beautiful entanglement of ideas and an artist is a person that knows how to untwine them. When art and artist push themselves, the result can be extraordinary, and if a personal style is added the result can be quite a phenomenon.

When we speak of parallel universes we immediately think of theories of quantum physics or the worlds of science fiction and the supernatural. It doesn't often occur to us to consider a more logical place for their existence: the interior of the artist.

The Parallel Universe of Decur is particularly spellbinding. As if rubbing a magic lamp before our eyes, he ceaselessly presents a parade of characters outstanding not only for their endearing, lovable, fresh and unique character but also for the sensation that they impart of escaping from the canvas, as if the limit between their world and our own were much more fragile than even a fine layer of paint.

In this scenario of constant movement - we mustn’t be fooled: the work is not a static plane but rather a living and breathing cosmos- thousands of stories succeed each other indefinitely.

To appreciate his works is to immerse ourselves in a story of fantastic intersections, in which it is impossible to remain a mere observer. The Decurian universe is a place of emotional investment, we become one with the image, making a tacit agreement with that which we have before our eyes: we give our attention in return for an intrepid adventure.

So then, the table comes to life, a teapot regards us with a fixed gaze, a cat with a red nose splits his sides in laughter, a dog in a Tshirt fights with his food, a strange specimen in a red and white vest tries to convince us that everything is real, whilst another dozen happy and entertained beings –the dreamers and the dreamed- follow his game. The table appears invariable before our eyes and yet, with every glance, we see a new fragment of this universe that perhaps had passed unnoticed before. Each story redraws and retells itself, materialising as if by magic. Doubts and questions arise: What do the green leaves taste of? Is the rabbit with long red ears in love with the beautiful creature with yellow eyes and similarly extensive ears? Does everyone speak a common language?

All that is left for us is to celebrate his artwork, for what a gift it is for our senses: uniting heart and spirit, venturing to disentangle the secret paths running through the silent tales woven in colours and strokes, all determined by the demiurge of the work: Decur!

Galería Mar Dulce specializes in small and medium format works in paiting, drawing, original print, photography, artists' books and objects, realized by contemporary and classic Argentine and Uruguayan artists. Alongside Parallel Universe we present +COLLECTIVE20, a specially curated selection of works by María Elina Méndez, Sofía Wiñazki, Daniel Santoro, Walter Álvarez, James Peck, Paula Pé, Mercedes Dutto, Mariana Chiesa, Ral Veroni, Lucía Harari, Raoul Veroni and Elenio Pico, amongst others.

Galería Mar Dulce: À la recontre de lárt avec des enfants
www.lepetitjournal.com
15 avril 2013
Maite Celayeta

Est-ce pour son nom qui rappelle la plage et les vacances ou simplement l’envie d’un programme différent ou peut être les deux, mettons le cap sur la Galeria Mar Dulce pour passer un bon moment avec les enfants.

La Galerie Mar Dulce se trouve dans le périmètre très concouru par les touristes et les accros au shopping de Palermo Soho. Au rez-de-chaussée d’une belle maison du quartier, cette galerie d’art est spécialisée dans les œuvres de petite et moyenne taille réalisées par des artistes classiques et contemporains du Rio de la Plata.  Elle propose jusqu’au 20 avril l’exposition  « Universo Paralelo » de l’artiste Decur (Guillermo Decurgez). C'est une farandole de peintures toutes plus étonnantes les unes que les autres.

L’univers parallèle de Decur est surement, et sans doute, le plus déconcertant de tous. Et comme tout ce qui relève de la magie attire petits et grands depuis toujours, il n’y a aucun doute, ces tableaux doivent être vus, appréciés voire même achetés. Les œuvres sont pleines de couleurs, d’histoires et de sympathie. Les personnages ont une identité si forte que nous avons juste cette étonnante impression d’avoir été amis, un jour. Un sentiment d’attachement qui naît surement dans un de ces moments où notre imagination flotte et se met à créer. C’est une pause dans l’âge adulte, pour respirer profondément la joie, la douceur et la naïveté.

Dans cette immanquable exposition tout bouge, danse, raconte. Tous sont ici pour nous amuser et nous rappeler que rien n’est définitif. Que la créativité n’a pas de limite et que son esprit coquin doit nous réveiller, nous aussi, adulte, de temps à autres et qui nous rappelle que la vie est belle!

Galeria Mar Dulce
Uriarte 1490, Palermo Soho, Buenos Aires
Du mardi au samedi de 15h à 20h
Exposition jusqu’au 20 avril 2013.


Porque el arte de Decur nos hace bien?
www.magicsouthamerica.com
12 abril 2013
Maite Celayeta

Ya les conté ahí mi fascinación para el arte para los chicos. En mi galería preferida de Palermo Soho: Galería Mar Dulce hay una exposición muy lindas de obras de Decur (Guillermo Decurgez) que no se pueden perder. Ojo, no es solamente para chicos pero me parece que para que los más pequeños puedan disfrutar del Arte, es esencial despertar su sensibilidad estética y sensorial desde la infancia, o no?!

El Universo Paralelo de Decur, es, sin dudas, el más deslumbrante de todos. Y como a nosotros nos gustan todo lo que tiene que ver con lo mágico, les confieso que estas obras tienen que ser vistas y apreciadas al no ser compradas directamente! Están llenas de colores, de historias y simpatía. Los personajes tienen esta identidad fuerte que nos hace pensar que en una oportunidad fueron nuestros amigos. Seguramente en estos momentos donde nuestra imaginación flota y crea. Y esto desde los primeros años de vida hasta nuestra vida de adultos que merece, a veces, una pausa para respirar hondo la alegría, lo dulce y la ingenuidad.

En esta imperdible expo todo se mueve, baila y cuenta. Todos están acá para divertirnos y hacernos pensar que nada es definitivo. Que la creatividad no tiene límite y su espíritu pícaro nos tiene que despertar de vez en cuando para amar la vida!

Pasen, Miren y Disfruten….

Hasta el 20 de abril en Galeria Mar Dulce, Uriarte 1490- Buenos Aires- Argentina

Galería Mar Dulce se especializa en obras de pequeño y mediano formato de pintura, dibujo, grabado, fotografía, libros de artista y objetos, realizadas por artistas rioplatenses clásicos y contemporáneos. Junto a Universo paralelo presentamos +COLECTIVA20, una selección de obras realizadas por María Elina Méndez, Sofía Wiñazki, Daniel Santoro, Walter Álvarez, James Peck, Paula Pé, Mercedes Dutto, Mariana Chiesa, Ral Veroni, Lucía Harari, Raoul Veroni y Elenio Pico, entre otros.


"El siglo de la ilustración" Página 12 
por Soledad Vallejos
5 de mayo del 2013

Las ilustraciones avanzan por sobre su destino natural de remeras, tazas o fundas para celular. Ahora son protagonistas de exposiciones, hay mercado para ellas y cada vez más ilustradores se animan a sumarse a la movida. Y hay un público creciente interesado en esas obras.
Una ilustración es arte. Y el arte se lleva: en una lámina numerada, un original de pequeño formato, una remera, una taza, un libro, una funda para el teléfono celular. Importa menos el cómo que el qué. Lo seguro es que va a ser distinto, que puede tener destino de galería de arte, y también de publicación gráfica. En el trayecto entre ser apenas un dibujo y copar la parada del gusto a fuerza de colores y formas, la ilustración de diseñadores gráficos y dibujantes pegó el estirón; los involucrados y especialistas dicen que es irreversible; algunos culpan, cuándo no, a Internet y sus caminos misteriosos, sus redes sociales de intercambio de todo y hasta de compras. Puede ser. Pero en todo caso las culpas están bastante repartidas entre autores, circuito y público. En una de ésas, la culpa no es sólo del que codicia, sino también del que da a desear esos objetos tan activos (y en crecimiento) que revitalizan los vericuetos de la cultura pop.

Tanto va el trazo al diario y la revista que al final se hace famoso. Y entonces un día pasa: la frontera entre un medio efímero (un blog, un impreso) y el espacio de un original en una pared se disuelve. Con la magia, la ilustración encuentra un espacio que hace una, dos décadas, era difícil de imaginar. “Si éstos no son artistas, ¿qué son? Manejan un género diferente, pero son artistas visuales. Viste que ahora los llaman así. Entra todo ahí. Como sea, no podemos decir que no sean artistas: manejan color, sutilezas, a veces trabajan con texto, con narración, a veces con guión. Y eso creo que tiene un futuro impresionante”, arriesga el galerista Fernando Entín, director de Elsi del Río (Humboldt 1510) y superhistriónico conductor del programa Gallery Nights TV. Las paredes de su galería estuvieron entre las primeras de Buenos Aires, en 2010, en reencuadrar a la ilustración como arte, con la muestra de Costhanzo, que venía de colgar algunos trabajos en el Centro Cultural Recoleta. Tres años después, mientras reincide, pero con una muestra del historietista Liniers (“Miren todos para acá”), sigue convencido de que la irrupción del diseño y la ilustración en las galerías “abre puertas” a las experimentaciones y a otros públicos. “Así como pasó con la fotografía, el video, el videoarte, las performances: van abriendo y hay seguidores de eso. Creo que el ilustrador viene trabajando desde hace mil años, pero que ahora pasa otra cosa. Para muchos chicos jóvenes, las ilustraciones son el primer encuentro personal con el arte.” Lo de “primer encuentro” puede ser literal: como en peregrinación llegan adolescentes de mochila a su galería, a veces libro de historietas en mano para lograr la firma del autor. “Y cuando anuncia la muestra en Twitter o en Facebook, es impresionante. Se llena todavía más. Funciona mucho así”, cuenta Entín.

El encuentro es parte importante de la magia. Lo afirma también Linda Neilson, directora de Mar Dulce (Uriarte 1490), la galería pequeñita y con patio que fue especializándose en artistas llegados de la ilustración y el diseño un poco por deseo y otro poco por azar. Con esos ingredientes, por ejemplo, nació una muestra de arte para niños que llena de colores las paredes cada verano (“Sweet for my sweet”), y se empapan también las programadas el resto del año, como “Universo paralelo”, del santafesino Decur, que acaba de cerrar y presentaba lo que en su obra son rarezas (grandes formatos) y obras más tradicionales (cuadros chiquitos, casi camafeos).

Linda y su marido, Ral Veroni (artista, que creció viendo a su padre, Raoul, crear joyas para bibliófilos), desde el primer momento decidieron que su galería debía dedicarse a pequeños y medianos formatos, a mostrar consagrados y noveles, fueran noveles o contemporáneos. Pero de algún modo los contemporáneos fueron ganando la partida. Ayudó que alguna vez, buscando arte para la habitación de su hijita, Linda descubriera que era imposible encontrarlo. Dice que dijo “¿pero cómo es posible, si hay un montón de ilustradores que hacen cosas hermosas?”, y entonces todo lo demás fue natural: ilustradores, diseñadores, historietistas como Isol (que hace semanas recibió el Astrid Lindgren, uno de los premios más prestigiosos de la literatura infantil), Bianki, Laura Varsky, Sergio Langer, Marina Aizen se prendieron. “Y resulta que más de la mitad de las obras que vendimos fueron para los adultos, no para los niños”, ríe Linda.

La ilustración, en el mercado del arte, “tiene precios accesibles” y muchas veces es “obra pequeña” de artistas complejos, explica Linda. Pero el debate, créase o no, persiste: “Hay personas que dicen que la ilustración no es arte. Por supuesto que lo es. Pero además, si lo pensás, hace rato se la está reconociendo; aunque acá sea más reciente, pasa mucho que vienen turistas, ponele, de Nueva York, y dicen que allá ya está establecido este tipo de muestra. Y esto allá no es para niños, se expone y listo”.

¿Qué tiene la ilustración que no tengan otro tipo de obras? ¿Por qué, en el último tiempo, los trazos de artistas de culto, y ex de culto convertidos en populares, pueblan objetos, prendas, láminas, cuadros? Linda cree que “con la ilustración la gente se siente cómoda, algo que no pasa con el arte contemporáneo, porque muchas veces lo ves y no sabés de qué se trata, no entendés qué es, no le ves belleza”. “Con este tipo de obras, las formas, los colores hacen una obra bella, y a veces con imágenes que hacen pensar en la propia niñez. Tienen algo de un mundo mágico.” A esa ventana supernatural, evalúa el galerista Entín, asoman los que empiezan a coleccionar, porque “tienen un restito de plata que pueden gastar y se tientan, por ejemplo, con comprarse la tira que hoy sale en el diario pero cuyo único original, hecho de puño y letra y después escaneado para mandar al medio, me queda a mí. Eso no es inaccesible, puede estar entre cuatro y seis mil pesos”. ¿Quiénes se dan esos gustos? “Jóvenes –dice Neilson sin dudar–. Gente de 20 y tantos, 30, 40. Y muchas veces gente que nunca antes había comprado. ¿Una moda? No, creo que va a seguir. Es cierto que hace diez años acá no se veía en galerías, pero ahora es diferente, hay mucha producción y público. Acá en el cierre de una muestra de Isol hubo gente peleando por comprar su obra. Peleando, ¿eh?”

Palermo’s Favorite Art Gallery: Linda Neilson’s Mar Dulce
www.mybeautifulair.com
April 8, 2013
Interview and photos by Sharon Salt

It all started when Linda Neilson tried to buy prints for her baby’s nursery here in Buenos Aires. To her dismay, the high-end galleries were not only expensive but also limited, and the low-end shops tended to have nothing more than cheap Disney reproductions. She couldn’t find anything in between. She wanted something both reasonably priced and high quality, and it was the discovery of this niche that gave her the first idea for Galería Mar Dulce – an intimate gallery with well-made, affordable art.

As luck would have it, family friends of her husband were looking for the very same
thing, though for a different reason. They had recently converted a piece of property
into three apartments they’d been renting to tourists, but they needed something
in the front room to add value to the rest of the space. When they approached Linda
and her husband about opening a small gallery there in 2010, they gladly accepted.
The only catch was, they’d need to have it all up and running in two months.
Somehow, they did. What was once a living room was transformed, almost overnight, into the bright, inviting space now called Galeria Mar Dulce. Though small, the large windows and white walls lend it a feeling of openness, and the refurbished shelving and working fireplace make it easily the most welcoming gallery I’ve ever seen. 

It now houses two collections – the main exhibition, which is currently a whimsical set of paintings called Parallel Universe by Decur, and the “plus collective,” which is a series of smaller rotating pieces by various classic and contemporary artists, all of whom are Argentine or Uruguayan. “Because the space is small,” Linda says, “it’s important that all of the pieces work together in form and color.”

The pieces also need to be small-format to avoid overwhelming the space. This works well, though, as the art is more affordable this way. Plus, it’s appealing to tourists because it’s more manageable for traveling. Linda has also found that well-known artists will seek out Galeria Mar Dulce precisely to show their small-format pieces, great works of art that would otherwise be pushed aside by bigger galleries.

Though Galeria Mar Dulce was conceived in a very short amount of time, the responsibility of owning a gallery is not too much for Linda, who has always had a strong interest in art. While in her native Scotland, she studied sculpture and spent time working in a photography gallery. She found she enjoyed the administrative side of the art world better so she set aside her personal work to study for a Masters in Cultural Policy. At the time, she told herself the break was only “temporary,” but she has yet to pick it up again. This is fine, though, she says, because she married an Argentine printmaker and, according to her, “one artist in the family is enough!”

When she first moved to Buenos Aires with her husband in 2006, Linda says she decided to avoid expat circles for a while so she wouldn’t rely too heavily on them. “You’re always going to be a foreigner unless you make a conscious effort to immerse yourself,” she says.
Now, three years since its opening, Galeria Mar Dulce has six big shows a year, featuring artists as wide-ranging as Decur, whose fantastical paintings currently hang on the walls, and Juan Carlos Romero, who relates Spanish Civil War photographs to great works by Goya.

Galeria Mar Dulce also recently finished their third annual Sweet for My Sweet exhibition in December, which is comprised of both originals and limited prints by talented illustrators. “It’s a great opportunity for them to show their work,” Linda says, “because it’s beautiful but is often overlooked by the bigger galleries.”

Linda loves it all, of course, and says she sometimes feels attached to certain pieces, promising herself to buy them at the end of the show but hating to see them go when, invariably, someone else falls in love. A few special others, she admits, she has taken home. But no matter whether you’re interested in buying or just seeing what’s available, “anyone is welcome to come in a take a look.” Galeria Mar Dulce’s doors are wide open.
Por los universos paralelos
de Daniel Molina
Perfíl edición impresa suplemento cultural domingo 25 de marzo del 2013

A través de mundos entre oníricos y fantásticos –algo que remite tanto a Remedios Varo como a Lewis Carroll–, los mundos de Decur (1981) son una invitación inocente a  los territorios fantásticos que perdemos con el desencanto de la vida. Con una técnica sofisticada, la galería Mar Dulce invita a conocer a su personal de “Nunca Jamás”.

Obra alucinada. Los mundos interiores de Decur son un pase de ida al país de la infancia, ese lugar poblado por personajes de ensueño que se resisten a morir.

En muchos de sus textos, pero especialmente en El Aleph y en El jardín de los senderos que se bifurcan, Borges ofrece imágenes del infinito dentro de nuestro mundo finito. Ese infinito borgeano (en un caso, el de El jardín..., es el tiempo infinito; en el otro, El Aleph, es sobre el espacio infinito) se representa siempre como un universo paralelo al que habitamos: está, a la vez, en este mundo (por ejemplo, el Aleph se encuentra en el sótano de una casa de la avenida Garay, en Buenos Aires) y está más allá de este mundo. La ficción que dice su nombre (la que se reconoce como ficción) es, a su manera, otro universo paralelo: el mundo que está junto, pero fuera y, a la vez, dentro de este mundo. ¿Pero no dijo Lacan que lo real tiene la estructura de la ficción? ¿No será que nuestro mundo es ya, desde el origen –si es posible pensarle un origen– un universo escindido: este mundo y el paralelo? Esa sospecha se acrecienta cuando uno se enfrenta con las pinturas que Decur (Rosario, 1981) presenta en su muestra Universo paralelo.

El mundo de Decur (su universo paralelo) remite al imaginario de los cuentos infantiles. Está poblado de seres que se parecen a los animales, pero humanizados. Ni animales no humanos ni humanos animales: seres de un universo que sólo podemos entrever cuando un artista los convoca ante nuestros ojos alucinados. La tierra a la que va Alicia cuando Lewis Carroll nos cuenta sus historias del otro lado del espejo.

No sólo hay animales humanizados (que no terminan nunca de ser humanos, ya que se les nota una inocencia esencial), sino que también en sus obras se tornan animados los objetos: una lamparita de luz duerme sobre una mesa, una botella de gaseosa sonríe ante el ser que la está tomando. Todo está vivo: el mundo respira.

El mundo de Decur es paradisíaco, no porque sea un vergel de placeres, sino porque remite a un espacio sin maldad. Hay una larga tradición utópica que coloca los reinos de la inocencia en una época arcaica, muy anterior al mundo moderno (que es visto como el espacio de la perversión). No es el caso de Universo paralelo: aquí los seres son atemporales y, a la vez, extrañamente contemporáneos. Quizá sean un poco anacrónicos, como abuelos buenos que no entienden los últimos adelantos tecnológicos, pero no son personajes de una era arcaica. Nos parecen reconocibles: tal vez sean las figuras que poblaron nuestros sueños cuando fuimos niños.

Hay una huella de la infancia en Universo paralelo. No en la factura, que es artesanalmente muy sofisticada, sino en el bestiario fantástico que puebla sus espacios y en las historias que condensa. Decur es un narrador apasionado y sabio que sabe contar una historia con una imagen. Todos los personajes de Descanso en paralelo, por ejemplo, parecen, a la vez, familiares y completamente extraños. Su familiaridad no proviene del mundo de la vigilia, sino de nuestra frecuentación de los libros de cuentos infantiles. Bajo ese árbol, esos seres descansan tan perfectamente que no podemos imaginar un sueño más plácido. Se han sacado las medias, han terminado de tomar el té, se dan calor unos a otros: hay en esa siesta campestre una alegría tan serena como intensa. Una alegría que no es de este mundo, pero que sólo podemos valorar los que vivimos en este mundo. Un universo paralelo que, a la vez, está dentro nuestro.

Universo paralelo
Decur
Galería Mar Dulce
Uriarte 1490
Martes a sábados de 15 a 20 hasta el 20 de abril
Gratis

Decur

Decur (Guillermo Decurgez) nació en Rosario en 1981 pero se crió y creció en Arroyo Seco, una localidad pequeña, ubicada a muy pocos kilómetros de la ciudad cuna de la bandera. De niño vivía dibujando, pero también armaba sus juguetes con ladrillitos. De adolescente dibujaba para hacer reír a sus amigos o caricaturizar a alguna figura del momento, pero veía al dibujo como un hobby porque, para él, los adultos se dedicaban a otro tipo de cosas. Y así fue, cuando dejó de estudiar a los 15 años, que empezó a trabajar con su padre como peón de albañil. No conforme, concluyó sus estudios y buscó su camino en la psicología, pero quedó en intento y vivió cuatro años difíciles en la fábrica de General Motors, siendo una pieza humana en medio de una línea mecanizada encargada del montaje de autopartes. Pensó entonces que su búsqueda estaba en el Diseño, pero tampoco prosperó. Entre él y su destino, se interpuso luego un cyber, una situación que se le hacía aún más triste que trabajar en la fábrica. La depresión lo hizo su víctima,  encerrándolo en su cuarto, en la casa de sus padres, sin hablar con nadie y sin contacto alguno con el dibujo. Hasta que un día en el 2009, haciendo zapping en la tele, se encontró con una entrevista al dibujante Liniers... y tuvo su momento de epifanía: “¡Si Liniers puede hacerlo, yo también!”. Compró acrílicos y pinceles, volvió a dibujar y abrió un blog para subir los resultados. Por primera vez en años se sintió despierto: había nacido Decur. De a poco, fue desarrollando su estilo y logró hacer un nombre entre sus pares. En la revista cordobesa La Murciélaga comenzó a publicar en papel. Liniers, a quien ya había conocido personalmente, lo invitó a participar en su tira Macanudo de La Nación. Luego llegó la convocatoria en revista Fierro, un referente de la historieta argentina. Se presentó a la revista Orsai donde ilustró un cuento de Abelardo Castillo tan soberbiamente, que luego hizo todas las tapas del año 2012. Sus publicaciones siguieron en La Posta Hoy de Arroyo Seco, Un Mundo Mejor, Revista Ñ y revista Larva de Colombia. A fines de 2011 apareció su primer libro: Merci! (Ediciones de La Flor), con prólogo de Liniers, que fue presentado a lo largo de todo el 2012 en diversas partes del país, Bolivia y Colombia. En el 2013, además de su exposición en Galería Mar Dulce, se encuentra preparando proyectos de dos libros nuevos. Sigue trabajando en la casa de sus padres, en el escritorio circular de su propio diseño que le permite trabajar en 360º. En sus propias palabras, Decur es: “un niño que habita en el cuerpo de Guillermo Decurgez. Dibuja y pinta lo que tiene ganas”. Y Decur no solamente ha hecho feliz a ese niño triste de Arroyo Seco, sino también a nosotros, su público.

Instalación Universo paralelo de Decur +COLECTIVA20












Universo paralelo de Decur


Decur, Almuerzo paralelo, 2013, acrílico sobre tela


Decur, Descanso paralelo, 2012, acrílico sobre tela, 21x21cm

Decur, Cazando bichos, 2013, acrílico sobre tela, 100x30cm

Decur, Recolector de sonrisas, 2013, acrílico sobre tela, 100x30cm

Decur, sin título, 2011, acrílico sobre tela, 9x29cm

Decur, Ilustración del abuelo, 2010, acrílico sobre tela, 20x15cm

Decur, sin título, 2011, acrílico sobre tela,9x29cm

Decur, Construyendo Socotrocolandia, 2009, acrílico sobre tela, 21x30cm

Decur, Cadaver exquisít!, 2009, acrílico sobre tela, 13x17cm

Decur, Untitled, 2013, acrílico sobre tela, 10x30cm
Decur, Picnic paralelo, 2013, acuarela, 18x18cm

Decur, Socotroquerismo, 2009, acrílico sobre tela, 10x28cm

Decur, Siesta paralelo, 2013, acrílico sobre tela, 80x40cm

Decur, La dama del mar, 2013, acrílico sobre tela, 80x40cm
Decur, Cuando hay amor, 2013, acrílico sobre tela, 10x30cm