INVERTIR CON BUEN GUSTO: asomarse al arte
Agustina Larrea
Diario Ámbito financiero edición impresa, suplemento Viernes
viernes 19 de julio del 2103

Lejos de la solemnidad del circuito tradicional de las galerías de arte, en los últimos años surgió en Buenos Aires un conjunto de pequeños espacios que llegaron para renovar la forma en la que se muestra y se vende el arte a precios accesibles. Claves para dar el primer paso, ya sea como galerista o como comprador.

"Nadie empieza comprándose un Kuitca", ataja Nicolás Barraza, fundador de Mite, una de las primeras y más emblemáticas galerías pequeñas donde el arte porteño parece desperezarse y revivir. Alejados del tradicional circuito del barrio de Recoleta, él y su socia, Marina Alessio, inauguraron en julio de 2008 este espacio que hoy, junto con decenas de otros que abrieron sus puertas en distintos puntos de la ciudad, se convirtió en una postal vigorosa del paisaje artístico.

"Había dejado de trabajar como diseñador gráfico en relación de dependencia, quería abrir mi propio estudio y alquilé un lugar. Pero quería que el estudio no fuera solamente una oficina. Más o menos al año ya tenía una idea de que fuera una galería de arte", señala Barraza. El lugar elegido fue un local en el Patio del Liceo, en avenida Santa Fe 2729, que con el tiempo se transformó en uno de los espacios indiscutidos para el arte contemporáneo. "En ese momento el Patio estaba abandonado. Y todo era muy trash, a la gente a veces le daba miedo subir hasta el fondo o pensaban que no era acá. Había una escalera mecánica que no funcionaba y muchos locales tomados", recuerda Alessio, que es fotógrafa y escritora. Hoy, el Patio cuenta con cinco galerías de arte, una librería y locales de venta de objetos de diseño.

En Mite se mezclan estilos y generaciones. "Tratamos de tener un equilibrio entre artistas más consagrados y otros nuevos. Hacemos muestras individuales y colectivas y tenemos un staff fijo de artistas que mostramos, aunque también invitamos a otros de afuera", explican. Después de las exhibiciones, que muchas veces cuentan con shows de DJ o performances, vienen, como en cualquier galería, las ventas. "Tenemos una trastienda, con obras del staff fijo. Y además siempre en las muestras que hacemos la obra está en venta".

UN FENÓMENO EN EXPANSIÓN

Para la galerista Gachi Prieto, que además es vicepresidenta de la asociación Galerías Argentinas de Arte Contemporáneo (Galaac) , el motivo de la explosión de estos pequeños espacios es que hay un nuevo público: "Hay nuevos compradores, quizá más jóvenes, que se están animando a entrar en este mundo y que empiezan no tanto con la idea del arte como inversión. Buscan cosas que tengan más que ver con su estilo de vida y se acercan a obras de artistas más jóvenes que, por otro lado, desde el punto de vista de los precios, son un poco más accesibles".

En estos espacios, de acuerdo con la experiencia de la especialista, se pueden conseguir obras de artistas con buena proyección desde 500 hasta 15 mil pesos.

Según Prieto, además, las galerías, por más pequeñas que sean, terminan siendo una garantía para aquel que busca arte, pero no conoce del rubro: "Desgraciadamente, la oferta de artistas es mucho mayor de lo que pueden absorber las galerías y los compradores. Entonces, cada una hace un proceso de selección y va depurando. Esto de alguna manera tranquiliza y ayuda al que compra. La galería además hace un trabajo de promoción, de difusión, de seguimiento de sus artistas y se convierte en un aval". De esta manera, además de difundir artistas nuevos, los galeristas los ayudan a crecer en un mercado muy particular.

"En Galaac tenemos un código de ética donde está regulada la forma de trabajo con los artistas. Por ejemplo, pedimos un mínimo de tres años de trayectoria, no puede entrar una galería que recién abre. Además, tiene que representar al menos a un 60% de artistas con obras en consignación. ¿Qué quiere decir esto? Que no son obras propias. Porque entonces el negocio es diferente. Si uno abre una galería con todas obras propias, el que más se beneficia es el galerista. Se termina haciendo una transacción y no se está trabajando por la carrera de artistas". Así, ante una venta, la galería suele quedarse con una comisión, que por lo general es del 40% o el 50% de la ganancia y el resto va para el artista.

LAS VENTAJAS DEL FORMATO CHICO

Uno de los espacios más novedosos donde se pueden adquirir obras, en su mayoría en pequeño formato, es la galería Mar Dulce. Ubicada en Uriarte 1490, Palermo Viejo, cuenta con cuadros e ilustraciones que se pueden espiar desde la vidriera y fue inaugurada en abril de 2010.

"En muchos lugares el arte parece algo de mirar y no tocar. La gente que viene acá me dice que se siente cómoda al llegar porque no es un espacio en un cuarto piso ni nadie tiene que justificar por qué quiere entrar", señala Linda Neilson, directora de la galería.

Casada con un artista argentino, esta especialista en bellas artes y políticas culturales venida de Escocia, analiza la zona: "Por dónde estamos ubicados, este tipo de galería también tiene sentido porque acá vienen muchos turistas y las obras son fáciles de llevar.

Por eso también la idea de tener una muestra principal y una colectiva surgió pensando en ellos, que quizás iban a venir una sola vez y entonces en lugar de ver la obra de un solo artista, podían llevarse un panorama de la producción local".

La selección de lo que se exhibe en Mar Dulce tiene sus particularidades: "Invitamos a artistas nuevos que nos gustan y con quienes sabemos que podemos trabajar bien y sin estrés. Algo lindo que surgió después es que varios artistas de los consagrados, como Daniel Santoro o Daniel García, trajeron sus obras en pequeños formatos que nunca exponen porque en las galerías grandes donde trabajan sólo muestran telas de dos metros por tres metros". Aquí pueden encontrase piezas que arrancan desde 700 pesos y la mayoría de las obras están entre 1.500 y 2.500 pesos.

Una de las dudas que surgen para los interesados en comprar arte es cómo se forma el precio de las obras. "Hay factores externos -explica Neilson- que tienen que ver con la trayectoria del artista, si es más o menos conocido. También se evalúa si se trata de una obra única o de una obra múltiple, si se usó una determinada técnica y el tamaño de la pieza".

Sofía Wiñazki es una artista plástica emergente que se especializa en dibujo y se encuentra en pleno crecimiento profesional. Se formó en el Instituto Universitario Nacional del Arte (IUNA) y ya participó de varias muestras en pequeñas galerías. "Es difícil poner un precio, si vos comprás una botella de agua sabés que vale 5 pesos. Con un dibujo no, y a veces ayuda que en la galería te orienten. El primero que vendés tal vez te da cosa, pero después te acostumbrás, te das cuenta de que lo podés volver a hacer", sostiene. Agrega que en la actualidad los dibujantes no viven solamente de vender su obra. En su caso, da clases en su taller y es habitualmente convocada, a partir de un premio que ganó en Rosario, a intervenir vidrieras de marcas importantes que encontraron en sus ilustraciones un mensaje que las representa. Así, fue llamada a llenar con sus dibujos la fachada de vidrio del Alto Palermo, la vidriera de una medicina prepaga y algunos locales de ropa.

El dólar, siempre el dólar. Hasta el año pasado, el mercado artístico estaba dominado por la moneda norteamericana. Esto obligó a artistas y galeristas a repensar estrategias y a "pesificarse". Para los directores de Mite, la conversión no resultó un problema: "Nosotros pensábamos que esto iba a complicar la cosa, por ejemplo, en el último ArteBA y no. Hicimos las cuentas en pesos, nos pagaron en pesos y listo. Ni se habló en ningún momento del dólar". Desde Mar Dulce, Neilson agrega: "El cambio de alguna manera fue una cuestión psicológica al principio, era ver algo que decía '100' que de repente pasaba a ser '500'. Ahora convertimos todo a pesos y la gente se acostumbró". Sin embargo, para aquellos que cuentan entre sus filas con artistas de proyección internacional el panorama se vio modificado.

"Yo tengo muestras de artistas que están consagrados, que tienen 20 años de trayectoria, premios internacionales, obras en museos o en colecciones importantes y participaciones en bienales. Ellos tienen un valor internacional y es en dólares. Pero cuando vos trabajás en Buenos Aires con ellos, tenés que hacer una conversión que es intermedia, entre el dólar oficial y el blue. También es parte de esa flexibilidad de negociación, siempre hay un pequeño margen, de un 10% o un 15%", señala Gachi Prieto, que asegura que después de un retraimiento que se observó el año pasado de a poco en 2013 las ventas empezaron a subir: "Desde junio del año pasado hasta ahora hubo un parate bastante acentuado. Descendió en las galerías y descendió en las casas de remate. Pero después, en ArteBA, a fines de mayo, levantó, hubo interés y hubo compras. Ahora pareciera como que hay una reactivación. De todas maneras es un mercado multifacético, no hay un solo segmento. Hay gente que es coleccionista, que sabe lo que quiere, otros que toman al arte como una inversión y mucha gente que compra en remates". Por lo general, las galerías cuentan con facilidades de pago con tarjeta de crédito, efectivo o cheque.

Con la intención de llevar el arte a un público mayor, hace más de diez años surgieron las Gallery Nights, recorridos culturales de noche en los que las galerías abren sus puertas y hasta ofrecen una copa de vino a los visitantes. "Es una buena manera para conocer muchos espacios en poco tiempo. Después uno tiene que volver al lugar, ya tranquilo, porque siempre hay mucha gente. Normalmente uno encuentra que hay obras que le quedan en la cabeza. A esas hay que volver a verlas. Y no apurarse al tomar la decisión. Muchas veces hay obras que uno ve y dice 'me encanta'. Pero hay otras que son mucho más sutiles, que hay que ver varias veces. Cuando uno adquiere una obra de arte está de por vida en la casa, te va a hacer compañía para siempre", concluye Neilson.

@tinalarrea

En el margen superior derecho, Max Cachimba, de 20 x 30 ($ 2.400). A la izquierda, de Mariana Chiesa, serigrafía sobre tela de 30 x 30 ($ 1.950) ,y de Diego Bianki, otra de 30 x 20 ($ 1.850). Son obras expuestas en la galería Mar Dulce.

GALERIAS
Mar Dulce: Uriarte 1490
http://galeriamardulce.blogspot.com.ar/

Gachi Prieto:
Uriarte 1976
http://gachiprietogallery.com/

Mite: Santa Fe 2729 - Patio del Liceo - 1er. Piso Loc. 30
http://www.mitegaleria.com.ar