“Arte como en casa” por Eugenio Palma Genovés
Revista Veintitres / Asterisco (#234)
1° de Septiembre 2011


Salgo de la redacción temprano. Es una tarde de sol, de esas que no abundan entre tanta lluvia y cielo gris del último mes. Me pongo a caminar sin rumbo por Palermo. Mientras suena Miles Davis miro mi reflejo en alguna vidriera hasta que llego a Uriarte y Gorriti. Ahí encuentro la Galería Mar Dulce y no lo dudo: toco timbre y entro. Me recibe Linda, de origen escoces y como si fuéramos amigos de toda la vida me cuenta su historia.

Después de más de 10 años de relación a distancia con el pintor argentino Ral Veroni, Linda decide mudarse a Buenos Aires. Las circunstancias que los vinculan a ambos al mundo del arte generan las ganas y la oportunidad de abrir su propia galería. Así nace Mar Dulce, un ex living de una casona de Palermo Soho que conserva su estilo original e invita a apreciar arte desde una óptica distinta.

A diferencia de muchas galerías y espacios en donde las amplias paredes blancas predominan, Mar Dulce propone otra cosa. Ver el arte como en el living de tu casa. Así ellos cuelgan la obra sobre una chimenea en funcionamiento, con estantes a cada lado, cerca de una mesita ratona con sillas y un ventanal que permite ver flores casi todo el año. Los cuadros están integrados en un espacio cotidiano como podría ser tu casa. Y esto es especialmente efectivo a la hora de constatar que los precios de las obras son un poco más accesibles si se quiere y están orientados no solo a los coleccionistas sino también al público que camina por la calle y como yo, se tienta con una nueva propuesta. Se especializan en obras de pequeño y mediano formato, pinturas, esculturas y objetos de artistas rioplatenses. Y como curiosidad Linda destaca que Mar Dulce es un espacio muy de familia: no solo la manejan con su marido sino que también a ellos les gusta exponer parejas de artistas.

Pero la charla no la mantengo solo con Linda, presente en la galería está Silvia Flichman, artista plástica responsable de la muestra en curso. Su obra, que propone un diálogo junto con los textos y “cajas-teatros” de Eduardo del Estal, se presenta bajo el nombre de “Ars Infima”:

“A mí me entusiasma ir hacia un lugar desconocido, no saber a dónde voy, como si uno pudiera descubrir algo ahí. El hacer te ayuda a encontrar, es una excusa para empezar, es como un juego” me confiesa Silvia mientras miramos sus cuadros abstractos en donde el collage y las experimentaciones se hacen presentes. Ella gusta de visitar ferias viejas y comprar alguna revista. Se inspira con las cosas que encuentra y fusiona sus pinturas con productos químicos (como puede ser al aguarrás) para provocar reacciones inesperadas en los materiales para pintar. Así su mundo se presenta lejos del realismo “la imaginación te limita, lo abstracto es infinito”.

El diálogo se completa con los textos y cajas de Eduardo que comparten la misma naturaleza lúdica y seductora. En las palabras del artista: “En las cajas el contenido absorbe a la forma y permite jugar a sentir sin entender. Como todo juego es una ilusión pero la ilusión jamás es falsa, el deseo es la Verdad de la ilusión.”

Queda un rato de sol todavía. Me despido de Mar Dulce y la mágica experiencia que proponen. Sigo mi paseo junto a mi fiel compañero de esta tarde, el señor Miles Davis que sigue gastando su trompeta en mi oído.

ARS INFIMA
Silvia Flichman y Eduardo del Estal
Galería Mar Dulce
(Uriarte 1490)
Martes a sabado de 15 a 20 hs.