Los inrockuptibles, por Lara Marmor


MARÍA GUERRIERI Y LOLA GOLDSTEIN
BIZCOCHOS Y PIZARRAS
por Lara Marmor

Mientras un contingente cada vez más numeroso de artistas buscan atravesar airoso las exigencias de "lo contemporáneo", Bizcochos y pizarras, de Lola Goldstein y María Guerrieri, boya en un mar dulce dentro del gran océano atormentado. Ls pequeñas mascotas de Goldstein son de cerámica blanca y están pintadas con esmaltes de tercer fuego u oro. Con aplomo aúllan entre las esculturas y los objetos más características del siglo XXI: ensamblajes provisorios y collages de objetos agrupados por primera vez en la exhibición Unmonumental en el New Museum en 2007. Por eso, y aunque las explicaciones por la negativa no sirven, mirar la lámpara en forma de pájaro o la tetera-elefante es como abrir una cajota de música en un recital de rock pesado. Guerrieri pinta con témpera objetos animados sobre un fondo azul profundo. Sus cuadros refuerzan la hipótesis de Martín-Crosa en su intento por definir en los setenta un arte pop argentino, y por el clima de las obras o por los materiales empleados puede hablarse de la dependencia de algunos artistas, como Liliana Porter o Antonio Seguí, de modos y formas mentales características de la enseñanza primaria. Los floreros que saludan, las fuentes y la mujer tubérculo de los cuadros que parecen pizarras, tornan presente esta co juntura que conforme pasa el tiempo toma distintas formas. Algunas de las obras exhibidas se encuentran en la vidriera de la galería, apedreada tiempo atrás cuando colgaba la gigantografía de un billete con la cara de Bartolomé Mitre. Aparentemente los malhechores quisieron recrear el perdigón que recibió el prócer en su frente, del que se salvó de milagro gracias a la chapita de su gorra. Este acto vandálico advierte cuidado ante el repliegue de Guerrieri y Goldstein frente a tótems de yeso y neón, y sugiere atención a esta comunión de resonancias fantasiosas. Pero a no temer: ambas artistas encuentran refugio en la forma y aun en la maltratada belleza. Con minimalismo épico y pintura dominguera, como la llamaría Mujica Láinez, intrépidas en la batalla de lo contemporáneo, las chicas vuelven caducos los imperativos de "lo nuevo".

en Galería Mar Dulce, Uriarte 1490 hasta el 18 de junio 2011